Plantillas para la Tercera Edad
Con mayor expectativa y calidad de vida, los ancianos participan cada vez más de la parte activa de la población brasileña. Una gran preocupación por la salud y las nuevas posibilidades de cuidado son factores que ayudan en el envejecimiento. Sin embargo, incluso logrando una mayor longevidad con calidad, las personas mayores de 60 años aún necesitan algunos cuidados especiales.
En la medida que envejece, es normal que el cuerpo humano pase por un proceso degenerativo. Es decir, la piel, los músculos, huesos y articulaciones comienzan a perder su estructura normal. Los músculos se atrofian, los huesos adelgazan y pierden masa (proceso conocido como osteoporosis), la piel y las articulaciones pierden líquido y colágeno, debilitándose y perdiendo lubricación. De esta forma, los tejidos y las estructuras están propensos a causar dolores y sufrir lesiones.
Con el envejecimiento hay un aumento en la frecuencia de dolores en los pies. Con más de 65 años, el 34,2% de los hombres y el 55,1% de las mujeres se sienten mal siempre o con frecuencia (FUENTE: Investigación Pies Brasileños).
PRINCIPALES LESIONES EN ANCIANOS
Las principales lesiones o patologías ortopédicas que afectan a los ancianos, generalmente son bien conocidas y pueden controlarse o prevenirse con facilidad, como:
OSTEOPOROSIS
La osteoporosis es muy común en la tercera edad y afecta a muchas más mujeres que hombres. Lo que sucede en esta condición es la rarefacción de los huesos: el calcio de los huesos comienza a ser absorbido por el cuerpo, debilitándolos.
La pérdida de masa ósea es normal en el proceso de envejecimiento humano. Sin embargo, esta puede ser evitada o retardada con algunas medidas:
- Tener una dieta correcta de calcio, controlada por um médico nutricionista, con el propósito de aportar la cantidad adecuada de esta sustancia a nuestra sangre, favoreciendo la formación ósea.
- Hacerse controles hormonales, seguido por um médico, pues el exceso o déficit de algunas hormonas pueden perjudicar los huesos y aumentar su degeneración.
- Mantener buenos niveles de vitamina D, que auxilia en la formación ósea.
- Practicar ejercicio físico regularmente, y preferencialmente con cargas compressivas. Este tipo de ejercicio (como caminar, correr y musculación) estimula el mantenimiento o incluso el aumento de la masa ósea.
Uno de los mayores problemas de la osteoporosis es el aumento del riesgo de fracturas al que están sujetos los ancianos, debido al alto índice de caídas y accidentes domésticos, de ahí la importancia de realizar adaptaciones en el hogar para la reducción de dichos riesgos.
RIESGO DE CAÍDAS
Las personas mayores son más susceptibles a las caídas y esto es consecuencia de la degeneración muscular, la pérdida del equilibrio (debido a la disminución de la sensibilidad) y la disminución de la agilidad. Las caídas pueden causar daños graves, especialmente cuando provocan fracturas, que debilitan mucho a los ancianos, aumentando su morbilidad y mortalidad.
Consecuentemente, es fundamental minimizar el riesgo de caídas para mejorar la esperanza de vida de los ancianos. Para ello, son importantes los cuidados domésticos y la práctica de actividad física continua, que favorezcan el entrenamiento del equilibrio y tengan desplazamiento, agilidad y fuerza, como voleibol y pilates, por ejemplo.
Otra medida igualmente importante es la evaluación de la pisada y la marcha del anciano, de forma que se diagnostique cualquier problema o alteración debida a la pérdida del equilibrio (que ocurre con frecuencia), y posteriormente se pueda confeccionar una plantilla a la medida. La plantilla corregirá algunos problemas de equilibrio, además de cualquier dolor que pueda dificultar la actividad física.
ARTRITIS
La artritis es otra enfermedad muy común durante la vejez. El término comprende un vasto grupo de patologías que provocan inflamación articular y sus causas son multifactoriales, tales como:
- Predisposición genética;
- Obesidad (debido a la sobrecarga en el sistema musculoesquelético);
- Trauma repetitivo (causado, en algunos casos, por desalineación de las rodillas);
- Uso excesivo (ejercicio físico excesivo durante la vida);
- Trastornos autoinmunitarios (como la artritis reumatoide);
- Demasiado ácido úrico en el cuerpo (como en la artritis gotosa).
El tratamiento de la artritis varía según cada caso y debe iniciarse, si es posible, en las primeras etapas de la enfermedad para evitar la aparición de deformaciones.
ARTROSIS
La artrosis también es una enfermedad muy común en edades avanzadas y causa la degeneración de las articulaciones. Cuanto más sobrecargados, inestables (débiles) y desalineadas estén, mayor será la posibilidad de desarrollar artrosis.
Al igual que la osteoporosis, forma parte de un proceso normal de degeneración del organismo. Su tratamiento debe iniciarse lo antes posible para frenar la progresión de la enfermedad, aliviar el dolor que provoca y mejorar la calidad de vida del paciente. La osteoartritis puede afectar cualquier articulación del cuerpo, pero es mucho más común en la rodilla, la cadera y la columna, ya que son las regiones que soportan la mayor parte de la carga del cuerpo durante la vida cotidiana. Es importante estar atento a esta patología, ya que puede evolucionar rápidamente y causar dolor intenso y morbilidad.
Para ello, es fundamental mantener el peso bajo control (para no sobrecargar las articulaciones) y mantenerse activo, practicando actividad física (que aumenta la cantidad de líquido dentro de las articulaciones y mantiene los músculos sanos y fuertes, protegiendo la articulación). También es fundamental corregir las desalineaciones de las juntas, para que la carga se distribuya de forma equilibrada.
Para saber si el anciano tiene una correcta alineación de las articulaciones, es necesario realizar una evaluación específica para diagnosticar y tratar el problema, si lo hubiera. Una de las mejores maneras de corregir desalineaciones y prevenir el desarrollo de la artrosis es usar plantillas personalizadas hechas a la medida. Estas ayudan a reposicionar la estructura ósea, compensando la debilidad en músculos y tendones.
DOLORES MUSCULARES
El dolor muscular es una molestia común que puede aparecer en cualquier momento, especialmente en piernas, pies y espalda. Ocurre en cualquier grupo de edad, sin embargo, los ancianos tienden a tener debilidad muscular relacionada con la edad y estos músculos débiles son más susceptibles al dolor.
Nuevamente, la mejor manera de evitar y tratar estos dolores es a través de la pérdida de peso y la actividad física continua. Esto hace que los músculos sean más activos y fuertes, pudiendo sostener el cuerpo durante todo el día.
DOR NOS PÉS, TORNOZELOS E JOELHOS
Aunque los pies y los tobillos no son tan afectados por la artrosis, también son víctimas del proceso degenerativo por el que pasan las personas mayores. En la vejez, los pies de los ancianos tienden a perder su estructura y colapsar. Ya no soportan correctamente el peso y la alineación de nuestro cuerpo. Como resultado, todas las estructuras anteriores se ven afectadas (especialmente el tobillo y la rodilla).
Esto sucede porque los músculos y ligamentos del pie se degeneran y ya no mantienen los huesos del pie estructurados como deberían y tiende a volverse cada vez más planos. Y así empieza a doler el pie (porque ha perdido su estructura y ya no tiene protección) y también el tobillo y la rodilla, porque están desalineados y reciben mayor impacto dentro de la articulación.
Pie colapsado que causa desalineación del tobillo y la rodilla
En estos casos, la mejor manera de controlar y solucionar el problema es con el uso de plantillas ortopédicas hechas a la medida. Las plantillas ofrecen apoyo al pie (que no está estructurado) y así, de forma sencilla y rápida, favorecen la alineación de todo el cuerpo, eliminando la sobrecarga y el dolor de las articulaciones de pies, tobillos y rodillas.